Los tatuajes se han ido extendiendo en los últimos tiempos y ya no llama la atención ver uno de estos trabajos en la piel de cualquier persona. No importa la edad, el género ni la clase social. Los tattoos son parte de la cultura actual, y como tal, se habla de ellos. Lamentablemente, muchas personas hablan sin saber del tema. Y es de esa manera que comienza a diseminarse la desinformación. Por eso, en este artículos te presentaremos los más comunes mitos y verdades sobre los tatuajes para despejar todas tus dudas.
1- Los tatuajes no se pueden borrar
Mito. Uno de los principales temores a la hora de tomar la decisión de realizarnos el tatuaje es imaginarnos cómo quedará el trabajo final. ¿Nos gustará una vez que veamos en nuestra piel lo que pensamos en nuestra mente y trasladamos a un papel? O tal vez, en el momento de tatuarnos quedemos realmente conformes. Pero con el paso del tiempo cambiemos de opinión. Muchas veces, los tattoos reflejan un sentimiento o un momento de la vida que queremos guardar para siempre. Hasta que el “para siempre” cambia.
Sin embargo, antes de demostrar porqué este mito es totalmente falso, vamos a tranquilizarte un poco si estás a punto de tatuarte. Sobre todo, si estás con dudas o será tu primera vez.
Un estudio de Harris Interactive, publicado en 2008 y cuyas cifras se mantienen constantes a lo largo del tiempo, indica que el 84 por ciento de las personas adultas que se realizó un tatuaje no está arrepentida de habérselo hecho. Ninguna de ellas se lo quitaría o borraría jamás.
Una vez aclarada esta situación, sigamos adelante. Puede suceder que estemos descontentos con el diseño y queramos retocar un viejo tatuaje. O cambiarlo de manera radical. Incluso borrarlo por completo de nuestra piel. Eso es posible. El proceso cuesta un dinero importante. Las técnicas más comunes para borrar un tattoo son la cirugía con láser o tecnología fotoacústica. Los tonos de colores más difíciles para borrar son los verdes, azules claros, amarillos, naranjas y fluorescentes.
2- No conseguirás un buen trabajo
Mito. Atrás ha quedado el tabú acerca del tattoo. Por suerte, ya son lejanos los tiempos en los que un tatuaje estaba mal visto y considerado parte de un submundo ligado a culturas o personas que la sociedad tradicional no aceptada.
Es verdad que en una entrevista de trabajo, sobre todo para un empleo formal o de alto rango, la visibilización de un tatuaje era un punto en contra a la hora de conseguir el puesto de trabajo. Sin embargo, en la sociedad del siglo XXI, y gracias a la popularidad que el tatuaje ha ganado a través de los famosos –artistas, deportistas, estrellas de TV, cantantes, actores, cineastas, cocineros, etc.
Gracias a esta visibilidad en los tatuajes, en muchas otras áreas más formales como la política, la ciencia o la docencia, ya es normal encontrar personas tatuadas.
3- Hay zonas del cuerpo que duelen más que otras al tatuarte
Verdad. Las zonas del cuerpo en las que hay menos masa muscular existe serán las más dolorosas para ser tatuadas. Y cuando más cerca de un hueso trabaje el tatuador, más te dolerá. Los lugares más dolorosas son las ingles, las muñecas, la caja torácica, los párpados, los gemelos, los pies, las rodillas y, por supuesto, la lengua.
4- Las personas con tatuajes no pueden donar sangre
Mito. Es verdad que hace unos años podrían vetarte de por vida para donar sangre, porque se relacionaba a las personas con tatuajes o piercing como “grupos de riesgo”. La realidad es que si quieres donar sangre, debes esperar al menos un año desde que te hayas realizado el último tattoo.
5- Una mujer embarazada no debe tatuarse
Verdad. Durante la gestación, la madre se expone a un pequeño porcentaje de contraer una enfermedad o a que surjan complicaciones relativas al tatuaje que pueden poner en peligro al bebé.
6- Los diabéticos no pueden tatuarse
Verdad, pero con excepciones. No está recomendado que una persona hemofílica, diabética o con enfermedades dermatológicas se tatúe. Sin embargo, siguiendo estrictamente algunas indicaciones, las personas que sufren alguna de las enfermedades mencionadas anteriormente pueden tatuarse. Para eso, deberán tener bajo control los niveles de glucosa. Y comprobar que llevan adelante un cuidado perfecto de su salud, ya que más propensos a las infecciones y la mala cicatrización.
7- Las personas con tatuajes no pueden hacerse resonancias magnéticas
Mito. Hace más de 20 años, las tintas que se utilizaban en los tatuajes contenían metal. Por eso, algunas personas sufrían dolores y ardores si se sometían a una resonancia. Sin embargo, el avance de la tecnología en las tintas hizo que el metal desapareciera de las mismas, por lo que este estudio médico no representa ningún riesgo para una persona porque posea un tattoo en su cuerpo.
8- Los tatuajes se vuelven azulados con el paso del tiempo
Mito. Esta falsa afirmación deriva de los tatuajes de muy mala calidad que se realizaban las personas encerradas en las cárceles o quienes prestaban el servicio militar. Actualmente, la mejora en la calidad de las y el desarrollo de las máquinas para tatuar eliminaron la posibilidad de que un tattoo se vuelva azulado.
9- Tatuarse con tinta blanca o de colores claros es más doloroso
Mito. El color no tiene relación con el dolor. En realidad, ocurre que los colores claros se utilizan en las fases finales del trabajo del tatuador. Por eso, el artista trabaja con estos tonos sobre las zonas del cuerpo anteriormente tatuadas. En las que la piel se encuentra más sensible.
10- ¿Los tatuajes de colores son más nocivos?
Mito. La única diferencia entre los tatuajes de colores a los negros, más allá de la obviedad de color, es que eliminar un tattoo negro es mucho más complejo que uno blanco o claro.