El tatuaje ha evolucionado mucho en los últimos años, hasta el punto que, prácticamente desde el principio del siglo XXI, se ha ido convirtiendo en una parte importante de la cultura de países de todo el mundo, con un desarrollo cultural en occidente muy marcado. Esto ha dado lugar a otra perspectiva que es la de viajar para tatuarse, y es que el turismo de tatuaje se ha convertido en una realidad y nos permite ver nacer creaciones mucho más sorprendentes e increíbles de lo que nunca habríamos imaginado.
Viajar para tatuarse, una nueva forma de entender el desarrollo del arte
Por todos es sabido que viajar enriquece a muy diferentes niveles, haciendo que nuestra mente se habrá nuevas culturas, renovadas perspectivas y por supuesto también a nuevas posibilidades que nunca antes nos hubiésemos imaginado.
Esta es precisamente la razón por la que el turismo de tatuaje ha crecido de manera muy significativa en los últimos años, utilizando estas experiencias precisamente para añadir nuevas formas e ideas a cada trabajo.
Viajar para tatuarse y viajar para tatuar permite aumentar de forma muy significativa las posibilidades en cada trabajo, logrando incluso ser de utilidad en aquellos casos en el que tatuador y cliente viajan juntos para llevar a cabo los trabajos en un lugar diferente al gabinete.
Crear nuevos enfoques ayuda a desarrollar una perspectiva completamente diferente, y siempre enriquecedora que además aporta una mayor historia, calidad y significado a cada trabajo.
La búsqueda del yo y la pérdida de patrones preestablecidos
Tendremos a vivir en entornos a los que nos adaptamos, donde comenzamos a adoptar ideas en base a la información que recibimos de manera constante.
Esto quiere decir que muchas veces, el no salir del lugar donde vivimos hace que perdamos no sólo la oportunidad de descubrir cosas nuevas, sino también la capacidad para ver desde nuestro propio yo.
Es decir, estamos tan influidos por los elementos que hay en nuestro entorno, que esto va a afectar en absolutamente todos los aspectos de nuestra vida, incluyendo por supuesto el momento en el que buscamos un diseño para realizar un tatuaje.
Precisamente al viajar logramos romper con esta tendencia, crear un entorno nuevo donde recuperamos esa parte del yo perdido o que, mejor dicho, ha quedado relegado a un segundo puesto precisamente para poder adaptarse al estilo de vida que llevamos.
Cuanto más tiempo estemos fuera de nuestro entorno habitual, más fácil será que consigamos conectar con nosotros mismos y veamos más claro lo que buscamos transmitir con el tattoo.
A esto hay que añadir que también es recomendable romper durante este tiempo por completo con absolutamente todo lo que hay en nuestro entorno, incluyendo desde amigos hasta por supuesto también el trabajo, e incluso aquellas actividades que realizamos de manera habitual como leer el periódico por las mañanas.
El objetivo es algo así como desinfectarnos de los patrones preestablecidos, logrando de este modo dar lugar a que nuestro yo se pueda expresar de nuevo.
El viaje organizado para una experiencia perfecta
Todo esto no quiere decir que no podamos optar por un viaje organizado, y lo ideal es que sea el equipo de tatuadores el que nos ayude a crear esta nueva experiencia.
Esto es lo que nos ayudará encontrarnos con nosotros mismos y entender quiénes somos realmente, logrando de este modo que sea nuestra identidad la que participe en el diseño del proyecto sin que existan tabús o elementos que puedan afectar negativamente al resultado precisamente porque están contaminados de esos patrones necesarios que adoptamos en nuestra rutina diaria.
Al ser un viaje organizado, el cliente también se va a sentir mucho más libre y tranquilo, con lo cual se puede centrar en la experiencia sin preocuparse por absolutamente nada, haciendo que el resultado sea más óptimo.