Abel Miranda es uno de esos tatuadores que ofrecen una perspectiva renovadora en el arte del tatuaje, abriendo nuevas puertas y configuraciones gracias a su personal estilo avantgarde, con el cual consigue crear representaciones asombrosas que permiten el rediseño del cuerpo tatuado, y logran una adaptación casi sobrenatural a las formas y al movimiento que permiten que, independientemente de la postura, el tatuaje no pierda ni un ápice de su belleza.
El cuerpo y el tatuaje, una simbiosis perfecta
El objetivo en cada trabajo de Abel Miranda es el de conseguir la simbiosis perfecta entre el cuerpo y el tatuaje, con la particularidad de que el cuerpo humano puede adquirir distintas posturas así como puede estar en reposo o en movimiento en función de la actividad que esté realizando.
Esto significa que el estudio del diseño no se centra meramente en el dibujo, sino que es el propio dibujo el que tiene que ser creado de manera que acompañe en todo momento al lienzo, manteniendo su belleza en cualquier instante.
Conseguir esta simbiosis perfecta es verdaderamente complicado, y requiere de conocimientos de la anatomía humana y de su movimiento, una gran experiencia y sobre todo una capacidad dimensional espectacular para entender cada trazo y realizarlo de manera que alcance la perfección.
Hay que destacar la particularidad de que ese mismo trazo no funcionaría en dos cuerpos diferentes, por lo que el tatuaje de estilo avantgarde de Abel Miranda se tiene que realizar de manera exclusiva para cada persona y para cada cuerpo.
Abel Miranda crea el estilo avantgarde, una perspectiva revolucionaria del tatuaje corporal
El objetivo del estilo avantgarde de Abel Miranda es precisamente el de crear una perspectiva completamente revolucionaria del tatuaje corporal tal y como lo conocemos, creando un nuevo peldaño en la historia del tatuaje que le ayuda a reforzar su perspectiva artística.
Miranda trabaja buscando la creación de nuevas formas más sugerentes y siempre con un dinamismo marcado, dando lugar a diseños inesperados y que consigan adaptarse plenamente a la personalidad de la persona tatuada y a aquello que quiere transmitir, así como también a la del propio Abel.
Esto es precisamente lo que hace de sus tatuajes algo tan personal y exclusivo, de manera que nunca veremos dos tatuajes iguales, sino que cada uno de ellos es creado como pieza única, haciendo que su portador tenga el orgullo de llevar siempre consigo una obra de arte irrepetible.
La adaptación del tatuaje de Abel Miranda al movimiento del cuerpo
Según afirma Abel Miranda, el tatuaje no puede ser un elemento que se deforme en aquellos momentos en los que nos sentamos, levantamos un brazo, corremos, si estamos tumbados, adquirimos una determinada postura o realizamos alguna actividad, sino que debe tener la capacidad de seguir al cuerpo y lograr una perfecta adaptación a cada parte, cada músculo y cada curva, permitiendo de esta forma que sigan manteniendo sus características desde infinitos puntos de vista.
El tatuaje debe bailar con el músculo, realzar las formas naturales del lienzo y a la vez rediseñar su cuerpo, sin olvidar que también contará una historia y expresará una parte importante del interior tanto del artista como del tatuado.
En definitiva, el objetivo de Abel Miranda a través de su propio estilo avantgarde, es el de crear una nueva perspectiva de la belleza, logrando que el tatuaje trastienda de manera significativa y alcance los niveles artístico y espiritual, siempre con un enfoque natural, intentando crear una obra sobre la piel que sería aquella con la que el cuerpo nacería de forma natural si tuviese la capacidad de mirar al futuro y entender el modo en que se desarrollarán nuestra personalidad y nuestros ideales.