Cuando nos ponemos en manos de un tatuador con experiencia y con un claro don para tatuar, a menudo observaremos que deja de lado la utilización de plantillas y recursos de apoyo y realiza el dibujo a mano alzada, siendo su pulso y su instinto lo que lo guía para realizar los trazos. Por esa razón queremos incidir en la diferencia que existe entre la mano alzada e improvisación en el tatuaje, ya que son dos conceptos que a menudo se confunden cuando en realidad no tienen nada que ver.
Las formas de plasmar el tatuaje sobre la piel
La realización de un tatuaje se compone por diferentes fases, de manera que tras el diseño, llega el momento de plasmar el tatuaje sobre el lienzo que en este caso es la piel.
Hasta ese momento hemos recorrido una buena parte de todo el proceso que es elegir el tatuaje más idóneo en colaboración entre el tatuador y el tatuado, pero ahora llega el instante clave, es decir, aquel en el que el artista tiene que conseguir dibujar el tattoo en la piel tal y como se ha acordado en el diseño, garantizando la calidad, las formas, adaptación a las características de la piel, y por supuesto también al movimiento.
En este caso se suele recurrir a dos alternativas que son:
La utilización de plantillas para hacer tatuajes
Lo más habitual es utilizar una plantilla que se colocará sobre la parte a tatuar para poder ir realizando el trabajo con la máxima exactitud.
Esto es muy útil sobre todo si se trata de tatuajes pequeños, ya que permite crear una reproducción exacta del diseño que se ha acordado.
Sin embargo, no siempre es la solución que realmente nos va a permitir crear un tatuaje que satisfaga, ya que hay que tener en cuenta que la piel no es un lienzo plano, sino que presenta formas y movimiento, con lo cual hay casos en los que la plantilla se puede incluso llegar a convertir en el origen de algunos errores importantes.
La mano alzada como alternativa a la plantilla
Y si no utilizamos plantilla, el recurso que nos queda es la mano alzada, es decir, vamos a trasladar el dibujo a la piel del cliente pero guiándonos por nuestro instinto, lo cual evidentemente es bastante más complicado, pero para tatuajes grandes o en lugares más difíciles como por ejemplo las piernas, puede ser la mejor opción.
Cabe destacar que la mano alzada no es algo a lo que recurran todos los tatuadores precisamente porque es muy complicada, y un pequeño error en el dibujo puede echar a perder por completo la obra.
No obstante, en el caso de diseños grandes, pude ser la solución para conseguir crear un tatuaje perfecto.
No debemos confundir mano alzada e improvisación en el tatuaje
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de mano alzada e improvisación en el tatuaje nos estamos refiriendo a dos cosas muy diferentes.
La mano alzada se refiere a que vamos a trasladar lo que hayamos creado en una plantilla o en una simple cuartilla a la piel, sin utilizar las plantillas directamente sobre ella, mientras que la improvisación se refiere a la capacidad del tatuador para añadir elementos o detalles al tatuaje que no se habían plasmado en el diseño original.
La improvisación se puede utilizar por ejemplo para disimular algún pequeño error o incluso para añadir elementos adicionales al tatuaje que ayuden a enriquecerlo todavía más, y está basada en la creatividad del artista, mientras que la mano alzada se relaciona directamente con su habilidad a la hora de dibujar.