Eliminación de tatuajes con láser en Barcelona

La pregunta obligada en primer lugar siempre es la relacionada con las posibilidades de eliminar un tatuaje. Hay que tener en cuenta que en la actualidad tenemos a nuestra disposición sistemas avanzados que nos ofrecen no sólo una gran eficacia a la hora de eliminar un tatuaje, sino también la máxima seguridad, pudiendo de este modo actuar sobre prácticamente cualquier parte de nuestro cuerpo con muy buenos resultados.

Para responder a esta respuesta, deberemos analizar varios aspectos:

De que color es el tatuaje: Si hay más de un color el tatuaje será más costoso de eliminarlo.

Cantidad de pigmento en el tatuaje que se va a eliminar: Dependiendo de la cantidad de tinta que se encuentre dentro de la piel, costará mas tiempo o menos de poder borrar el tatuaje de la piel.

Cicatrices en la zona de eliminación o borrado: El echo de que en la zona donde se quiere eliminar nos encontremos con cicatrices implica una barrera que protege la tinta y las particulas de la misma, por lo que tiene un mayor costo a la hora de borrarlo.

También es frecuente que nos planteemos si existe algún tipo de peligro a la hora de eliminar un tatuaje por láser, en cuyo caso debemos entender que estamos hablando de un proceso que es agresivo, pero los efectos secundarios son poco frecuentes, y en el caso de que se produzca alguno de ellos, serán transitorios.

De cualquier manera, lo importante en estos casos es ponernos en manos de profesionales cualificados y certificados, los cuales nos someterán a una serie de sesiones tras las cuales deberemos realizar un mantenimiento y cuidado de la zona tratada, con lo cual, las posibilidades de que aparezca algún efecto secundario son mínimas. Entre los síntomas más habituales podemos destacar:

• Leve hinchazón.
• Aparición de pequeños hematomas.
• Molestias temporales en la zona.

El tiempo que se tarda para eliminar un tatuaje por completo es muy variable, ya que por una parte va a depender del tipo de tatuaje que vayamos a eliminar, mientras que por otra parte nuestro tipo de piel y proceso también serán determinantes en esto. Las pieles más rudas van a requerir más tiempo, mientras que las suaves supondrán un proceso más rápido, lo que significa que en el caso de la primera tendremos que someternos a más sesiones. De esto podemos obtener que también variará el número de sesiones en función de la zona sobre la que vayamos a actuar, ya que la piel de la cara por ejemplo es más fina que la piel de las manos.

Los factores más representativos para el número de sesiones y tiempo necesario serán:

• Características de la piel.
• Particularidades del propio tatuaje.
• Lugar en el que se encuentra ubicado el tatuaje.
• Metabolismo del paciente que quiere eliminar el tatuaje.
• Pigmentos utilizados en la realización del tatuaje.
• Profundidad del tatuaje.

De cualquier manera, por norma general se suele conseguir acabar con el tatuaje entre tres y hasta ocho sesiones, requiriendo alguna adicional en muy raras ocasiones.

Los tobillos y las muñecas son las zonas más difíciles, pasando al resto de las extremidades. Las partes más sencillas o rápidas serían las que se encuentran ubicadas cerca del cuello, las axilas y las ingles, ya que en todas ellas hay una mayor cantidad de ganglios linfáticos, por lo que el proceso se acelera.

En cuanto a la duración de cada sesión va a depender del sistema utilizado, tamaño del tatuaje y características de la piel así como las del propio tatuaje. Generalmente hablamos de sesiones de entre 15 minutos y hasta 30 minutos para tatuajes de mayores dimensiones.

Esto también va a variar en función de cada paciente, pero lo habitual es realizar sesiones en plazos no inferiores a dos meses. La razón por la que se separan tanto las sesiones es doble:

• Es muy importante asegurarnos de la perfecta cicatrización y curado de la zona antes de someternos a una nueva sesión, evitando así que aparezcan efectos secundarios y molestias.
• Necesitamos tiempo para permitir que el propio organismo se encargue de eliminar los restos de tinta.

Incluso aunque nos hayamos sometido a todas las sesiones, todavía hará falta un cierto tiempo que deberá transcurrir para que los tatuajes desaparezcan por completo y la zona esté perfectamente recuperada, ya que se trata de un proceso progresivo para el cual deberemos tener paciencia.

Los colores son más complicados, y de hecho, dependiendo de cada caso es posible que tengamos que recurrir a distintos sistemas. El color más difícil de eliminar en los tatuajes es el verde.

También es bastante frecuente que nos planteemos la posibilidad de eliminar un viejo tatuaje que ya no nos gusta, no tiene la trascendencia que tenía en su día o cualquier otra razón, para colocar sobre él uno nuevo. En este caso no vamos a tener ningún tipo de problema en volver a tatuar la zona, aunque por supuesto es muy importante que demos el tiempo suficiente para que la piel se haya recuperado por completo del proceso de eliminación.

No se trata de un proceso especialmente doloroso, aunque hay que tener en cuenta que podremos notar molestias leves en la zona que se esté tratando.

Normalmente la eliminación de tatuajes no duele tanto como hacerse un tatuaje. Con el paso de las sesiones para borrar tatuajes el dolor se reduce porque la piel se termina acostumbrando al láser.