Un tatuaje es un elemento artístico que se caracteriza por el lienzo que utilizamos para su representación, y al igual que ocurre con cualquier forma de arte, es importante dar lugar a creaciones innovadoras, exclusivas y sobre todo que coincidan con los intereses de aquel que viene a ofrecer su piel para el trabajo. En este sentido es muy importante entender la importancia del boceto en el proceso del tatuaje, para lo cual vamos a indagar un poco más y así conocer las particularidades de estos primeros trazos que darán lugar a una nueva obra de arte.
¿ Qué es un boceto ?
El boceto, también conocido como apunte, bosquejo, esbozo, sketch o borrador, es básicamente una prueba que se realiza utilizando trazos para crear una ilusión acerca de lo que será la obra definitiva.
El objetivo del boceto es el de dar a entender la imagen final, pero sin definir contornos y detalles, sino creando insinuaciones que partirían como el eje del resultado final.
Sin embargo, lo cierto es que el boceto se puede contemplar también como una obra final, para lo cual es importante añadir pequeños detalles y contornos que ayuden a entender que realmente no se trata de un dibujo inicial, sino de una obra definitiva.
Por qué es tan importante el boceto en el proceso del tatuaje
A la hora de realizar un tatuaje, es muy importante que el tatuador y cliente se pongan de acuerdo en cuanto al resultado final.
Esto en ocasiones puede suponer muchas horas de trabajo y esfuerzo, intentando de esta forma que el tatuador comprenda y consiga representar las ideas, sensaciones u objetivos de aquel que se va a tatuar.
Si a la hora de diseñar un tatuaje, se hiciesen los dibujos completos, el tiempo necesario para encontrar el resultado perfecto podría ser excesivo, muy especialmente cuando se trata de dibujos con muchos detalles, de grandes dimensiones o que tengan unas características particulares que los hagan especialmente complicados.
Sin embargo, a través del boceto, el tatuador puede transmitir al cliente la idea que tiene en mente, además de que permite a este segundo aportar ideas y seguir avanzando hasta dar con el dibujo perfecto.
En definitiva, es una forma muy interesante de ahorrar tiempo y de conseguir dar un pie al cliente a partir del cual trabajar con mejores resultados, ya que se consigue involucrar a la persona para que entienda la evolución de la obra que se va a representar sobre su piel, de manera que pueda elegir detalles que pasarían para él inadvertidos en caso de que se le presentase el proyecto completamente finalizado.
En definitiva, podemos destacar tres principales ventajas del boceto en el proceso del tatuaje que son:
- Ahorra tiempo: es innegable que al quedarnos en el boceto, se consigue ahorrar mucho tiempo, de manera que si el cliente quiere realizar cambios sustanciales, no se habrán perdido horas con un dibujo que al final no tiene la salida esperada.
- Ahorra esfuerzo: para un artista tatuador puede ser muy frustrante crear nuevos diseños y ver que no es lo que el cliente pide exactamente, haciendo que sea un esfuerzo invalidado y que puede romper esa línea tan necesaria para realizar una creación propia y que guste a la persona que va a ser tatuada.
- Facilita la explicación: también es muy importante tener en cuenta que la naturaleza visual propia de los bocetos ayuda a explicar mucho mejor cuáles son las ideas que el artista tiene en la cabeza, con lo cual, será más fácilmente entendido por parte del cliente, lo que significa que se estará mucho más cerca de encontrar el diseño perfecto para su próximo tatuaje.