Los tatuajes son parte de una práctica cotidiana. La cultura del tatuaje es algo que cada vez más gente desea experimentar y compartir con los demás. Los códigos compartidos se expanden y crean una comunidad cada vez más grande, en donde se pueden intercambiar las diferentes vivencias que cada uno ha pasado a la hora de tatuarse. Obviamente, aparecen historias de dolor, anécdotas curiosas, graciosas o que mejor no hubiesen ocurrido. Todos relatos de sucesos ocurridos en un estudio de tatuaje, el lugar indicado para realizar el proceso de un tattoo.
Sin embargo, siempre es posible subir un nivel en la escala del goce que puede producirnos la sensación de tener un nuevo tatuaje en nuestra piel. Esa es la posibilidad que ofrece el “Tattoo experiencie”, que eleva el placer a escalas desconocidas para quien nunca ha probado vivir las sensaciones que ofrece esta nueva y diferente manera de tatuarse.
El tatuaje es hoy una tendencia que nació como una tradición, luego pasó por la oscuridad y actualmente, sin dudas, vive su auge. Nos hemos acostumbrados a ver personas tatuadas en casi todos los ámbitos de la vida. Pero es probable que el “Tattoo experience” genere sorpresa, y por qué no, asombro incluso entre los más experimentados frente a las tintas y la aguja de la máquina de tatuar.
Es que justamente el “Tattoo experience” que propone el artista Abel Miranda ofrece un nuevo concepto para quien tome la decisión de realizarse un tatuaje. Ya no se trata de estar sentado en una silla de tatuaje para obtener ese diseño que estará en tu piel hasta el final de tus días, y cuyo proceso será un doloroso trance hasta que el artista logra plasmar tu idea en tu cuerpo.
Qué es el “Tattoo experience”
¿Alguna vez te preguntaste si comerías tu comida favorita en un baño público? ¿Te has imaginado viendo una película de cine sentado en una incómoda silla de madera? Seguramente la respuesta sea negativa. Entonces, ¿por qué tatuarse en una habitación pequeña como si tú solamente fueras parte de una cadena de producción del tatuador cuando trabaja?
No podemos mentirte: el dolor siempre está presente en un tatuaje. Pero el espacio y la comodidad que rodean al hecho pueden marcar una gran diferencia. En el cliente y en el tatuador que trabaja sobre la pieza que estará contigo toda tu vida.
Además, siempre que un tatuaje dure más de una hora en completarse, requiere que el “lienzo” humano esté en un estado de ánimo meditativo que le permita al artista del tatuaje trabajar y ser preciso en su deber.
Por eso, el “Tattoo experience” apunta que en un lugar luminoso y espacioso, con buena música, algo de comida y aire fresco para los descansos, se pueda descansar del dolor del tatuaje y hacer que todo el proceso sea soportable e incluso se transforme en un buen momento.
“Tattoo experience” en Nueva York
Aunque si lo contamos muchos no lo creerían, hubo un tiempo en que Nueva York había prohibido tatuarse. Entre los años 1961 y 1997 los tatuajes estuvieron prohibidos en la ciudad que se arroga el título de “capital del mundo”.
La antigua prohibición respondía a un problema sanitario porque hubo un brote de hepatitis B en la década del ’60. Claro que la cultura del tatuaje no se detuvo en “la gran manzana”. Los sótanos y las trastiendas de los sex-shops pasaron a ser los estudios de tatuajes clandestinos a los que gente acudía para saciar su deseos de tattoos.
Conociendo esta historia, el “Tattoo experience” en Nueva York tiene mucho de conexión entre el presente de gloria que vive la cultura del tatuaje y la pasión que lo hizo soportar épocas duras del pasado.
Imagínate el proceso de un tatuaje evolucionando en tu piel mientras te tomas descansos para conocer lugares icónicos del mundo como el maravilloso y relajante Central Park.
Para muchas personas, hacerse un tatuaje es una expresión de libertad. ¿Qué mejor que realizar ese trabajo en un lugar en el que si levantas la mirada tendrás a la famosísima Estatua de la Libertad en el horizonte?
Estas vivencias, en el lugar que tú elijas de una ciudad tan cosmopolita y vanguardista como Nueva York, puedes protagonizarlas si decides unirte al “Tattoo experiencie” de Abel Miranda y su equipo.
Tattoo experience” en Black Woods
Ahora bien, tal vez lo tuyo no sea el turismo citadino. Tu idea para relajarte no es pasear por la Quinta Avenida ni contar los interminables pisos que tiene la Trump Tower o el Rockefeller Center. Ni siquiera mencionaremos las luces de todos los colores y todos los sonidos que puedes ver y escuchar si te quedas de pie solo un minuto en Times Square. La gran ventaja del “Tattoo experience” es que tú puedes vivirlo en el lugar que desees y te sientas más a gusto.
Todo lo contrario a tatuarse en las calles neoyorquinas podrías vivirlo en la maravillosa Selva Negra de Alemania. Naturaleza al 100%. Paz. Tranquilidad. Pureza. Conexión con la tierra y el medio ambiente. Cientos de animales y especies de árboles en su hábitat natural. Paisajes de ensueño para bajar tu ansiedad por el proceso del tatuaje al que te vas a someter.
Imagina estar en una cabaña en medio del bosque. Escuchando solamente los sonidos que la naturaleza genera cuando el viento se escurre entre la selva. Nada puede ser un contexto más favorable para hacerse un tattoo. Una experiencia totalmente opuesta a un pequeño y oscuro estudio de tatuaje, donde no tienes otra opción que mirar fijo a una pared sin decoración alguna. En la Selva Negra, el ventanal de tu cabaña te abre una infinidad de sensaciones para vivir a pleno con tus cinco sentidos.
Una opción diferente dentro de la cultura del tatuaje
Protagonizar el “Tattoo experience” es una posibilidad que se te brinda para tener una vivencia única que quedará en tu recuerdo. Un tatuaje diferente, porque no solo será importante el resultado final, sino que todo el proceso del mismo, desde la creación del diseño y la preparación del itinerario te generará sensaciones únicas para enamorarte aún más del mundo del tatuaje.